La producción acuícola está orientada al cultivo de organismos acuáticos, incluyendo peces, moluscos, crustáceos y vegetales, entre otros. El cultivo implica la intervención del hombre en la producción y significa la mitad de lo que se consume de estos organismos en el mundo. La piscicultura entonces es una rama de la acuicultura y se refiere a la producción de peces cuyo proceso abarca desde el manejo de reproductores, la obtención de larvas, la recría tanto de alevines y juveniles, hasta la etapa de engorde o terminación, para lograr un producto apto para su comercialización. Argentina posee condiciones ecológicas y agua suficiente con bajo costo de los alimentos en origen que pueden generar procesos productivos muy rentables y demandantes de puestos de trabajo mediante pymes, cooperativas de escala, tecnología competitiva y un marco legal adecuado. INTA fomenta el desarrollo de la piscicultura a partir del potencial que ofrece para el agregado de valor en origen y el aprovechamiento de los recursos disponibles. Esto redunda en mayores ventajas y posibilidades para contribuir al desarrollo territorial en diversas regiones de nuestro país.